Se sintió superpoderosa, inmune a cualquier contratiempo, como poseedora de un halo intocable. Sin embargo, se acabó Gran Hermano para Furia, tras más de seis meses de improperios, de torrentes de insultos, de cientos de reacciones estridentes y virulentas.

La gota colmó el vaso y, tras eludir decenas de votaciones, la doble de riesgo cayó en ese escenario que jamás imaginó: ser eliminada del reality. Esa obsesión por ser la última en apagar la luz no se concretará para Juliana Scaglione, luego de perder por un margen gigantesco contra Martín Ku.

El Chino arrasó en la votación del público, empujando a la más polémica de la temporada a agarrar su valija y caminar sola por el jardín para cruzar la puerta de la casa, la que siempre consideró como suya. Todas las agresiones, los gritos para desestabilizar a sus rivales, los empujones al hombre con el que compartió las sábanas calientes, todo se entrelazó para dictaminar su salida.

Desde ese momento, se maximizaron las investigaciones para conocer cada paso de Furia, quien evidentemente entregó una energía desmedida y el choque con la realidad podría significarle un impacto. De ese modo, se filtró el operativo inmenso que montó Telefe para su reinserción en la sociedad.

Hay que ponerla al día

En primera instancia, la producción designó a una productora que la acompaña desde que se subió al auto que la trasladó de la casa al estudio. Esta trabajadora también se hospeda en el hotel junto a la doble de riesgo para estar disponible para cualquier necesidad y principalmente para ayudarla en la adaptación.

Asimismo, se supo que un grupo de psicólogos se contacta frecuentemente con Scaglione para colaborar en la asimilación de todo lo que cambió en el país y el mundo después de más de treinta semanas aislada en las cuatro paredes de la casa de Gran Hermano.

Por otro lado, el protocolo diseñado por el reality implica un mínimo de cuatro noches en el hotel, bajo la supervisión constante de la productora. De ese modo, se estima que Scaglione recién podría retomar cierto ritmo normal de cotidianidad el domingo.

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