Oriana Sabatini, reconocida cantante y actriz argentina, ha sido noticia recientemente por su matrimonio con el futbolista Paulo Dybala. Sin embargo, en un reciente episodio del podcast “A dónde vamos cuando soñamos”, conducido por la deportista Noel Barrionuevo, Oriana se abrió sobre un oscuro período de su vida, compartiendo su experiencia con la anorexia y el trastorno de atracón que sufrió durante su adolescencia.
Ser modelo es un trabajo duro y sacrificado
Oriana, hija de Catherine Fulop y Ova Sabatini, habló sobre cómo estos trastornos alimenticios afectaron su vida, especialmente en su carrera como modelo. “Cuando estaba transitando por la anorexia, obviamente, flaquita, todos los que me contrataban estaban felices de la vida. Y cuando empecé con el trastorno por atracón, era como que yo llegaba al set y la gente se miraba”, relató la actriz. Esta presión constante por mantener una apariencia física específica impactó profundamente en su bienestar mental y emocional.
Te miran raro
Sabatini describió la reacción de las personas en los sets de modelaje durante sus periodos de atracón. “Era ‘No puede ser, la semana pasada te veías de una manera y ahora te ves de otra’”, sostuvo Oriana. La fluctuación en su peso era evidente y causaba desconcierto y comentarios entre quienes trabajaban con ella, lo que añadía más presión a su situación ya delicada.
Todos se preocupan pero nadie te pregunta
A los 15 años, Oriana enfrentó una situación muy difícil, donde la falta de comprensión y apoyo adecuado se hicieron notar. “Las personas, por ahí, te quieren ayudar, pero no hablan con vos y hablan con tus papás para ver si pueden hacer algo, o hablan con tu colegio. Y a vos nunca te preguntan cómo estás. Y en el intento de ayudarte, lo que más hacen es lastimarte”, añadió Sabatini. Este enfoque indirecto y la falta de comunicación directa con ella agravaron su sufrimiento.
El camino hacia la recuperación
Aunque Oriana no detalló su proceso completo de recuperación en el podcast, su apertura sobre estos temas tan personales es un paso significativo para crear conciencia sobre los trastornos alimenticios y la importancia de un apoyo adecuado. La valentía de Sabatini al compartir su historia ayuda a visibilizar estos problemas y a fomentar una mayor empatía y comprensión en la sociedad.